Amalia Pando: “Yo hago un periodismo militante”

Con la mirada fija y la voz profunda, de quien parece tener la verdad siempre de su lado, reconocí a Amalia Pando, casi igual a la imagen que tenía en la mente, de aquellos años cuando la veía en televisión; pero ahora real y frente a frente.

Su nombre es conocido y un referente en el periodismo boliviano, porque su peculiar estilo en su forma de vestir, casi antagónico a las clásicas figuras femeninas presentadas en la televisión y su sagacidad al encarar las situaciones, pusieron su sello indiscutible en la televisión y la radio.

Una trayectoria de más de 30 años de experiencia y su paso por importantes medios de comunicación como Canal 7, PAT, Erbol, Fides y ahora RTP, cuentan la historia de una periodista incansable, que pudo seguir sus instintos y perseverar en el tiempo.

Sin embargo, a pesar de que su profesión la ha llevado a indagar en diferentes situaciones y ámbitos sociales no cabe duda de que su pasión es la política, aunque no necesariamente le gusten los políticos. Por eso, ahora las pantallas de RTP marcan su regreso al escenario político y la cobijan con un programa que da mucho de qué hablar: “Cabildeo”.

A sus 58 años, parece que entre la crítica y los elogios su vida continúa siendo un desafío, pues aún conserva la inquietud de quien parece no haberse comido el mundo y está ansiosa de poder hacerlo cada día. 

Amalia Pando sabe quién es y lo que ha logrado; fruto, no de su carácter, sino de su cultura política consolidada a través de los años y de la cual se siente orgullosa.

Esta la entrevista a la mujer del periodismo que quedó atrapada por la política.

¿Cuáles fueron sus inicios en la política
AP: Cuándo yo salí bachiller el 70, la universidad estaba cerrada y no había comunicación, me fui a Chile donde estudiaba mi hermano, y eso fue sensacional porque cuando llegué a la Escuela de Periodismo, eran todas banderas rojas, con discursos socialistas, troskistas y barricadas, yo llegué a ese Chile que estaba hirviendo con Allende.

¿Fue el precedente para ser después una activista política?
AP: Sí, totalmente. Como activista política yo era terrible, mi fuerte eran los fabriles de La Paz, pasé por los grandes congresos de la COB, de los mineros, llevaba panfletos, dinamitas; yo era socialista convencida, uno no puede abstraerse de esa realidad, uno entra al capitalismo, estudia el Manifiesto Comunista y se queda con eso.

Y ahora, ¿Es socialista?
AP: Yo sigo siendo socialista, mi estructura política no ha cambiado, creo que esa es mi ventaja con el resto, tengo formación y criterio político, he estudiado política 20 años; cuando por ejemplo el señor vicepresidente dice cualquier cosa, entonces yo tengo la respuesta o por lo menos la pregunta.

¿Se puede ir de la mano con el periodismo y la política?
AP: No creo en el periodismo objetivo, yo hago un periodismo militante, yo siempre tomo parte, si hay una niña violada empiezo a perseguir al violador, quiero que lo metan a la cárcel, quiero que le den 25 años de prisión, si agarraron al violador estoy con la niña, no con el violador.

Esta forma de hacer periodismo le ha generado muchas críticas ¿cómo ha sobrellevado esto en su vida profesional?

AP: La crítica es normal, no sirve para crecer ni para decrecer, lo tomo como algo que aumenta mi vanidad, uno es vanidoso siempre.

¿Qué ha logrado con el periodismo? ¿Ha podido cambiar algo?
AP: El periodismo no es para cambiar nada, nadie cambia nada con el periodismo.

¿Y por qué entonces no incursionar en la política?
AP: No incursioné en la política por mis convicciones; no encuentro un partido, un proyecto que me convenza, tuve varias invitaciones pero no quiero decirlas para no comprometerlos, imagino que luego debieron estar felices de que las haya rechazado porque como comprenderás no soy una persona que reciba órdenes.

Se la ha criticado por apoyar abiertamente en un momento determinado al presidente Morales, ¿cuál es su postura ahora?
AP: Me preocupa que Evo Morales sea la antítesis de lo que dijo que quería ser, los gobiernos van transformándose, los discursos van cambiando, yo lo apoyé con mucha fuerza sobretodo el 2008 cuando intentaron derrocarlo, ahí tomé una posición incondicional, pero ahora…

¿Los gobiernos escuchan lo que dice el periodismo en Bolivia?
AP: Hubo una época en que el periodismo tenía influencia, si descubrías un escándalo con un ministro, el caía; ahora, digas lo que digas, no pasa nada; o el gobierno tiene más cuero de anta, o tiene mucho sostén social o el periodismo está pagando la factura de haberse convertido en trinchera política.


¿Admira a alguien en el mundo de la política o del periodismo boliviano?
AP: Admiro la tenacidad, honestidad y el trabajo de la gente, admiro a Filemón Escóbar, por ejemplo, es una persona extraordinaria, aunque no siempre coincido, a veces me peleo, incluso en las esquinas de las calles; pero lo quiero entrañablemente. Como entrevistador no creo que todavía haya surgido alguien mejor que Carlos Mesa, admiro su estilo y su sobriedad, me parece que con Carlos perdimos a un gran periodista a cambio de un muy mal político.

Su relación con Carlos Mesa ha pasado momentos complicados luego de tener vínculos muy estrechos a nivel profesional, ¿Cómo es ahora?
AP: En la época de Mesa… cuando me despidieron, me lastimaron, pero creo que todo pasa, uno supera las cosas, todos los cambios son buenos, hubiera sido terrible quedarme en PAT, nefasto para mi vida personal y profesional, por el cariño que le tenía, es muy probable que hubiera pasado a defender su gobierno; ahora no queda nada, es como ver a un viejo novio. 

¿Qué le queda por hacer a nivel personal y profesional?
AP: Yo siento que estoy terminando, me siento cansada, la televisión me ha agotado, en radio creo que voy a durar más años pero en televisión no, es muy duro, no hay quién te acompañe; cuando un programa me sale mal yo entro en unas depresiones profundas, me gusta hacer las cosas bien y exigir a mi entorno, por eso tengo una fama de malvada. Estoy buscando la jubilación lo antes posible en televisión, tal vez hasta este fin de año.

Y en lo personal, siento que me faltó el tiempo para lo doméstico… tengo dos alegrías al día, una cuando salgo de mi casa y otra cuando llego.


Trabajo realizado como parte del Diplomado en Periodismo Ciudadano

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