El canciller papalisa

David Choquehuanca ha vuelto a dejar en ridículo a su gobierno y, lo que es peor, a Bolivia.
 
Sucede que en plena sesión del Consejo Permanente de la OEA, cuando se trataba la próxima cumbre del organismo a realizarse en Cochabamba, el canciller se despachó un rocambolesco discurso sobre las virtudes erótico-gastronómicas de la papalisa, tubérculo que, según Choquehuanca, podría desterrar el uso del Viagra y cuyo uso aconsejó a los representantes diplomáticos presentes en la reunión.

Veamos un pasaje de la memorable presentación del ministro: “Tenemos en aimara el ullucu que es conocida como la papalisa que no se come posiblemente aquí en Estados Unidos, o en alguno de sus países ya no conocen la papalisa, en Ecuador, en el Perú seguramente conocen la papalisa, pero cuando uno come papalisa no necesita Viagra y no es comerlo en cualquier época (…) en Cochabamba seguro ustedes van a tener la oportunidad de comer papalisa”.

Como se recordará, este ministro es el mismo que afirmó tiempo atrás que “leer perturba la mente”, que “este país está tan mal por culpa de las personas que leen libros” y que es preferible leer exclusivamente “en las arrugas de los mayores”.

Otras perlas cancilleriles fueron el haber instaurado entre los funcionarios de su cartera el verbo “jallallar”, amenazar con cerrar la Academia de Estudios Diplomáticos, decir que los representantes del Servicio Exterior deben saber aymara y quechua antes que idiomas extranjeros, proponer que los niños bolivianos consuman coca en vez de leche, y afirmar que sus antepasados vivían más de 200 años y que “cosmosían” gracias a sus “centros energéticos” y sus “universidades naturales”.

Si usted leyó hasta aquí, probablemente piense que se trata de una broma, pero esta es la realidad profunda del inenarrable Estado Plurinacional instaurado por Evo Morales y sus secuaces.

Por supuesto, el canciller es apenas un discípulo aventajado del presidente, que se lleva las palmas en materia de disparatología, con dichos que ya le han arrancado más de una carcajada al mundo entero.

Si así va la cosa, podemos imaginarnos lo que vendrá para la Cumbre de la OEA en Cochabamba, que seguramente dejará chiquita a la de Tiquipaya (ver las frases presidenciales sobre el pollo, la Coca-cola y un largo etcétera).

Urge que los ex cancilleres y los parlamentarios de oposición integrantes de las comisiones de asuntos internacionales de ambas Cámaras pongan manos a la obra, para tratar de evitar que ese encuentro se convierta en motivo de una nueva vergüenza mundial para el país…


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